Los datos de ADN antiguo de Iberia publicados por Olalde et al. (2019) son interesantes por varios motivos, pero aún tengo la impresión de que los autores – y por consiguiente muchos lectores – se centraron en información poco relevante acerca de movimientos poblacionales muy recientes, o incluso destacaron los detalles menos importantes relacionados con eventos históricos.
Ya he escrito sobre la relevancia de estos hallazgos para la cuestión indoeuropea en una opinión inicial (inglés), luego en un post más detallado sobre sus consecuencias (inglés), luego sobre la llegada de lenguas célticas con el hg. R1b-M167, y después en combinación con la más reciente investigación hidrotoponímica.
Este post es por tanto un resumen de sus hallazgos con ayuda de mapas de interpolación de vecinos naturales de componentes Campaniforme_Alemania y Campaniforme_Francia. Aunque los mapas no son necesarios, visualizar geográficamente los datos disponibles facilita sin duda la comprensión de la información más relevante. Aquello que considero puntos claves de la publicación está en negrita y enumerado.
NOTA. Para obtener mapas “más naturales”, la extrapolación para toda la Península Ibérica se consigue mediante interpolación usando datos externos de las Islas Británicas, Europa Central y África. Ésta no es obviamente una solución ideal, pero – a falta de datos de las esquinas de la Península – este método da una apariencia homogénea a todos los mapas. Sólo los datos en línea recta entre los casos etiquetados en cada map son verdaderamente interpolados dentro de la Península Ibérica, mientras que el resto funcionan p.ej. como un mapa mayor (y más simplista) de componentes ancestrales en el Bronce europeo.
Calcolítico
El paquete protocampaniforme pudo expandirse hacia Europa Central con componente ancestral Calcolítico_Iberia o no. A priori, parece que se trató más bien de una difusión cultural de rasgos que partieron del occidente peninsular alrededor del 2800 a.C.
La situación durante el Calcolítico sólo es relevante para la cuestión indoeuropea en tanto en cuanto muestra un componente ancestral homogéneo de tipo Calcolítico_Iberia con haplogrupos de cromosoma Y (y ADNmt) típicos del Neolítico ibérico dominando la Península hasta ca. 2500 a.C. Ésta podría representar la comunidad vascoibérica original.
Periodo campaniforme
La expansión del pueblo campaniforme trajo un cambio cultural y genético a toda Europa, hasta el punto de que ha sido considerado por Mallory (2013) – el último entre muchos otros antes que él – como el vector de expansión de las lenguas indoeuropeas noroccidentales. Olalde et al. (2019) probó dos puntos principales en este sentido, que ya habían sido esbozados en Olalde et al. (2018):
(1) Los campaniformes orientales trajeron el hg. R1b-L23 y componente ancestral Yamna a Iberia, ergo el fenómeno campaniforme no fue un (mero) desarrollo local ibérico, sino que significó la expansión de gentes que pueden trazar sus antepasados hasta la cultura Yamna, quienes finalmente reemplazaron a gran parte de la población ibérica.
(2) Los campaniformes clásicos tienen como población originaria más cercana a los campaniformes de Alemania, y rechazan un origen cercano a los campaniformes del Rhin (i.e. campaniformes de las Islas Británicas, de Holanda, o del norte de Francia), ergo la cultura de los sepulcros individuales no fue tampoco el origen de la cultura campaniforme (véase más aquí).
Edad del Bronce Antiguo
El Bronce Antiguo en Iberia es un periodo de ajustes antes de alcanzar el equilibrio final. Distinto de la situación en las Islas Británicas, donde los campaniformes causaron un rápido reemplazo poblacional, Iberia muestra – como el periodo Neolítico Tardío Nórdico – siglos de equilibrio genómico entre pueblos de habla indoeuropea y no indoeuropea, como podía sugerir la investigación hidrotoponímica.
(3) Antiguos europeos hablantes de arqueo-indoeuropeo ocuparon primero toda la Península Ibérica, antes de la expansión probable de uno o más grupos de habla no indoeuropea, en línea con lo que se sabe acerca de la cronología relativa de las capas hidrotoponímicas de Iberia.
Este equilibrio se ve en términos de componente ancestral Campaniforme_Alemania vs. Calcolítico_Iberia, pero también en haplogrupos de cromosoma Y, con los desarrollos tardíos más interesantes sucediendo en el sur peninsular, alrededor del territorio donde emergió la cultura de El Argar, en oposición radical a la cultura campaniforme.
(4) Los campaniformes y sus descendientes se expandieron bajo migraciones eminentemente masculinas, propias de la tradición patrilineal indoeuropea, tal y como se ve en la cultura Yamna e incluso antes en la cultura de Jvalinsk. De Olalde et al. (2019):
Obtuvimos proporciones más bajas de componente Campaniforme_Alemania en el cromosoma X que en autosomas (Tabla S14), aunque el Z-score para las diferencias entre las estimaciones es 2.64, probablemente debido a un error estándar grande asociado con las proporciones de mezcla en el cromosoma X.
En cuanto a la PCA, los casos de Bronce Ibérico ocupan un grupo intermedio entre Calcolítico_Iberia y Campaniforme_Alemania con componente de Estepa, con los casos ricos en componente Yamna del norte (Asturias, Burgos) representando la probable fuente de la población europea antigua cuyas lenguas sobrevivieron hasta bien entrada la Edad del Hierro:
Edad del Bronce Medio
Durante el Bronce Medio, el equilibrio encontrado durante el periodo anterior se revierte, con una esfera de influencia argárica (probablemente no indoeuropea) expandiéndose hacia el oeste y el norte, representada por componente Calcolítico_Iberia y menor cantidad de Campaniforme_Alemania, presente en este periodo en toda la Península, aunque en distintos grados.
Todos los grupos ibéricos estaban ya probablemente bajo un cuello de botella de linajes R1b-DF27, aunque es de prever que hubiera distintos subclados en las diferentes regiones:
Edad del Bronce Tardío
El Bronce Tardío representa la llegada de la cultura de los campos de urnas, que probablemente se expandió con gentes de habla celta. Un transecto del Bronce Tardío antes de su impacto genético muestra todavía un componente ancestral prevalente de estepa tipo Campaniforme_Alemania, con un pico muy probable en Iberia septentrional/occidental:
(5) Los lusitano-galaicos eran descendientes de campaniformes ibéricos de componente ancestral Campaniforme_Alemania y hg. R1b-M269. Datos autosomales de los casos I7688 y I7687 del Bronce Final (final del periodo reportado para los individuos, ca. 1200-700 a.C.) de Gruta do Medronhal (Arrifana, Coimbra, Portugal) confirman este extremo.
En los años 1940, huesos humanos, objetos metálicos (n=37) y huesos no humanos fueron descubiertos en la cueva natural de Medronhal (Arrifana, Coimbra). Todos estos hallazgos se encuentran depositados en el Departamento de Ciencias Naturales de la Universidad de Coimbra y son analizados por un equipo multidisciplinario. Los objetos sugieren una fecha a comienzos del primer milenio a.C., lo que se confirma con la datación por radiocarbono de un peroné humano: 890–780 cal BCE (2650±40 BP, Beta–223996). Esta cueva natural tiene varias habitaciones y dos entradas. No hay información disponible sobre el contexto de los restos humanos. Hoy en día estos restos se conservan mezclados y corresponden a un número mínimo de 11 individuos, 5 adultos y 6 no adultos.
En particular, el individuo I7687 muestra hg. R1b-M269, sin más SNPs de calidad, positivos o negativos (véase el informe completo). Estos individuos representan por tanto otro fuerte apoyo a la expansión del indoeuropeo noroccidental con los campaniformes.
NOTA. Para entender por qué la región de Coimbra era (proto)lusitana, y no simplemente europea antigua en general, hasta la expansión de los Turduli Oppidani, véase cualquier publicación reciente sobre la expansión de estelas de guerrero, hidrotoponimia, antroponimia, teonimia (p.ej. acerca del vocabulario de lanzas).
Edad del Hierro
En un periodo complejo de múltiples movimientos poblacionales y reemplazos lingüísticos, el transecto temporal en Olalde et al. (2019) ofrece ciertas claves relevantes para los pueblos paleohispánicos:
(6) La expansión de las lenguas celtas se asoció con la difusión del componente ancestral tipo Campaniforme_Francia, muy probablemente ya durante la cultura de los campos de urnas en el Bronce Tardío, ya que un caso tartésico y un caso pre-ibérico (ambos ca. 700-500 a.C.) ya muestran este componente, en regiones que unos siglos antes no lo mostraban. De forma similar, un caso del Bronce Tardío en Álaba (ca. 910-840 a.C.) no lo mostraba, mientras que celtíberos de esa misma área (ca. siglo IV a.C. y posteriores) lo muestran, dibujándose así probables rutas de expansión de los celtas desde el noreste hacia el oeste/sudoeste.
(7) La distribución del componente ancestral Campaniforme_Alemania tiene su pico durante la Edad del Hierro entre los europeos antiguos de Iberia Occidental, incluyendo lusitano-galaicos y probablemente también astures y cántabros, en línea con lo que se esperaba antes de la investigación genética:
Probablemente se obtiene una imagen más precisa de la transición del Bronce Final a la Edad del Hierro al incluir el individuo I2469 de El Sotillo, Álava (ca. 910-875 a.C.) como tampón para la expansión del componente típico celta al occidente, y al individuo I3315 de Menorca (ca. 904-861 a.C.), a falta de casos más recientes de regiones intermedias:
En términos de haplogrupos de ADN-Y y ADNmt, la situación es difícil de evaluar sin más casos y subclados más específicos:
En la PCA, los individuos protolusitanos ocupan un grupo intermedio entre Bronce_Iberia y Bronce_Iberia_Norte (véase arriba), incluyendo al individuo del Bronce Tardío de El Sotillo, mientras que los pueblos celtas (incluyendo pre-iberos e iberos de ascendencia céltica del noreste peninsular) muestran una posición similar – aunque evidentemente no relacionada – debido a la más reciente mezcla entre Bronce_Iberia y Campo de Urnas/Hallstatt de Europa Central:
(8) Pueblos iberos del noreste penisular representan una expansión reciente del idioma desde el sur, posiblemente acompañada por un incremento en componente mezclado Calcolítico_Iberia/Campaniforme_Alemania desde el Levante.
(9) Los vascos modernos representan un aislamiento + cuellos de botella de ADN-Y después de los movimientos poblacionales de la Edad del Hierro, probablemente de la migración de los aquitanos al sur de los Pirineos y mezcla con celtas en periodo romano, incluyendo el aislamiento conocido de la región durante la Baja Edad Media y posteriormente. Del artículo:
[Los vascos modernos] se solapan genéticamente con poblaciones de la Edad del Hierro que muestran unos niveles sustanciales de componente de estepa.
Asumiendo que el componente ancestral Campaniforme_Francia se difundió con la cultural de los campos de urnas (que se expandió con gentes de habla celta), los hablantes de vascónico estarían representados por alguna población – muy probablemente de Francia – cuyo componente ancestral estaba próximo a los campaniformes del Rhin (véase aquí).
De forma alternativa, una lengua vascónica pudo haber sobrevivido en alguna población de componente ancestral Calcolítico_Iberia/Francia que quedó aislada al norte de los Pirineos cerca de la fachada atlántica durante la Edad del Bronce, y que luego se mezcló con pueblos de habla celta al sur de los Pirineos, hasta el punto de que su verdadero componente ancestral quedó diluido.
En cualquier caso, la mezcla genética tipo estepa de claro origen celta entre los vascos modernos sugiere por el momento una llegada reciente a Aquitania durante el periodo protohistórico, lo que apoya la investigación hidrotoponímica.
Conclusión
Los aspectos más interesantes a discutir tras la publicación de Olalde et al. (2019) habrían sido por tanto la naturaleza controvertida de gentes paleohispánicas para los que no se tienen muchos datos lingüísticos, tales como:
- los astures y los cántabros, normalmente considerados indoeuropeos preceltas (véase aquí);
- los vacceos, normalmente considerados celtas;
- los vettones, tradicionalmente vistos como de la misma lengua que los lusitanos debido a su sustrato compartido hidrotoponímico, antroponímico y teonímico, aunque hoy son considerados mayoritariamente como un pueblo celtizado y que ayudó a expandir las lenguas celtas hacia el occidente (y arqueológicamente mostrando una división clara con sus vecinos hostiles occidentales por medio de los característicos verracos);
- los pelendones o los carpetanos, cuya naturaleza indoeuropea precelta también se ha discutido en el pasado;
- la naturaleza indoeuropea – o incluso “celta”, como defiende Koch – del tartésico;
- o la potencial conexión remota entre las lenguas vasca e ibera en un tronco común caracterizado por componente ancestral Calcolítico_Iberia/Francia (incluyendo paleosardo).
A pesar de estas cuestiones interesantes aún abiertas a discusión, el artículo remarcaba algo ya sabido desde hace tiempo: que los vascos modernos tienen componente de estepa y ADN-Y propios de las gentes de Yamna hace 5,000 años, y que los campaniformes trajeron ese componente ancestral y linajes R1b-P312 a Iberia. Esta interpretación vascocéntrica de la prehistoria ibérica es consecuencia de una tradición decimonónica que imaginaba obsesivamente a pueblos de habla vascónica en sus territorios medievales extrapolados hasta los cromañones y Atapuerca (sí, en serio), e incluso un territorio enorme que incluía toda Iberia y Francia, sólo “reducido” o “roto” por los celtas justo antes de la invasión romana. Una idea recurrente de “autoctonía lingüística” y “pureza genética” de los pueblos de Iberia que nunca tuvo una base científica.
De forma similar, este artículo ofrece ya la prueba N en genómica poblacional de que los argumentos nativistas tradicionales sobre el origen del pueblo campaniforme en Europa Occidental son erróneos, tanto los meridionales (origen nativista ibérico) como los septentrionales (origen nativista del Rhin). Ambas opciones podían rechazarse fácilmente con filogeografía desde 2015, fueron después rechazadas en Olalde et al. y Mathieson et al (2017), luego de nuevo con la actualización y los nuevos casos en Olalde et al. (2018) y Mathieson et al (2018), y ha sido rechazada claramente de nuevo con los datos de Wang et al. (2018) y Yamna Hungría. Los hallazgos de Olalde et al. (2019) son sólo otra gota más en un vaso que rebosa hace tiempo.
Incluso en el último modelo de David Anthony (2017) no cabía duda acerca del origen de los indoeuropeos noroccidentales en la llanura panónica (véase aquí), y su última actualización a la cuestión de la patria protoindoeuropea (2019) muestra que ya está convencido de cuellos de botella del hg. R1b y componente Pre-Yamnaya que parten de un tiempo bastante anterior al de la expansión del campaniforme. Ésta no será la última decepción para los que apoyan teorías zombis: como las hipótesis de las patrias anatolia, armenia o india, algunas ideas míticas están tan enclavadas en la tradición nacionalista o nativista (o ambas) que muchos de los que las apoyan preferirán sin duda que mueran lentamente, bajo innumerables y vergonzosos rechazos a modelos reaccionarios rehechos una y otra vez.
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